Julio Ermani (Gasparín)

DON JULIO ERMAN
Un virtuoso y fanático amante del acordeón

A los cinco años ya ejecutaba piezas con gran maestría, y a los 11 era un profesional
• Ahora es un erudito de la historia del instrumento

ENRIQUE O. SDRECH
Don Julio Erman ha sido desde siempre no sólo un virtuoso del acordeón sino un fanático. Además, se convirtió en un erudito sobre la historia de esta caja sonora con un teclado idéntico al del piano, y afirma que la familia Anconetani, oriunda de un pequeño pueblo italiano de la provincia de Ancona, es considerada por los entendidos la única luthier en la fabricación de acordeones de alta calidad.Yo llegué a la Argentina siendo un niño, acompañado por mis padres, allá por 1930. Somos italianos. Vinimos en busca de paz y nos encontramos con la revolución del 6 de setiembre. Mi padre continuó en Buenos Aires sus estudios de acordeón a piano, en los ratos libres, con el profesor Emilio Brameri. Ambos, mi padre y Brameri, se convirtieron en mis profesores, y puedo asegurar, sin un atisbo de petulancia, que a los 5 años ejecutaba piezas con gran maestría, y a los 11 ya era un profesional de la música, nos cuenta este hombre que, como solista y siendo adolescente, llegó a tocar nada menos que en el Café Nacional, aquella inolvidable catedral de nuestro tango en la que actuaron legendarias figuras.-En aquella época el recordado Aníbal Troilo (Pichuco) actuaba en el Germinal con una orquesta de señoritas, algo que muy pocos saben pero que era muy común en aquellos tiempos.-¿Sus actuaciones profesionales siempre fueron como solista?-No. Se alternaban como solista, con conjuntos de jazz, con orquestas características como las de Feliciano Brunelli, Juan Carlos Barbará, Virginio Gobbi, el maestro Dajos Vela y tantos otros. Cuando tenía 14 años fui llamado por César Bó, primer guitarrista de Washington Bertolin, para integrar un sexteto con el que actuamos en LR 3 Radio Belgrano y realizamos innumerables giras. ¿Sabe quién era el baterista de ese conjunto? Alfredo Barbieri.Apodo-Sabemos que en la década del 40 le agregó una i a su apellido y formó la jazz Julio Ermani, donde, además de tocar la batería, Alfredo Barbieri hacía de fonomímico. ¿Cómo les fue?-Mejor, imposible. Nos contrató Mario Pugliesi Cariño para la confitería Odeón de Mar del Plata. Fue un suceso. Allá en Mar del Plata me casé, me radiqué e instalé un instituto de enseñanza del acordeón, actuando asimismo como solista en las emisoras LU 6 y LU 9. Volví a Buenos Aires para incorporarme al conjunto de jazz de Eduardo Armani, grabando para Odeón, actuando en LR 1 Radio El Mundo y en la película Adiós problemas, donde conocí al maestro Santos Lipesker, quien me contactó con el sello Philips para actuar con el nombre de Gasparín y su conjunto.Con los años el acordeón pasó a ser parte de don Julio Erman. Como Gasparín grabó una serie de 53 discos long play y llegó a actuar en 30 bailes mensuales, un verdadero récord.Componer y enseñarEn 1992 disolvió el conjunto para dedicarse a la enseñanza y a la composición de temas. Sus alumnos, de todas las edades, lo adoran y lo acompañan en una labor que no admite renunciamientos.-Hemos creado con todos los acordeonistas profesionales de la Argentina la Asociación Internacional de Acordeonistas, con el único fin de que se incluya en todos los conservatorios nacionales, municipales y provinciales la cátedra de acordeón en todas sus formas, para la difusión de tan noble instrumento.Queremos que se dicten cursos igual que en toda Europa y en los Estados Unidos. Para reforzar la gestión, el 15 de noviembre, que es el Día del Acordeón, marcharemos con un nutrido grupo de acordeonistas ejecutando alegres sones por las calles céntricas...
Publicado en Clarín el 29-09-1997